14.12.12

Apocalipisis no!
























Que no se acabe el mundo ahora, por favor. Justo ahora no. Justo cuando vendieron la panadería de la vuelta de mi casa que hace dos años me tenía harta, llena de sueño, de odio e impotencia con su malditos extractores de aire y grasa que funcionaban de 5 de la mañana a 10 y media de la noche, como dos turbinas de avión, todos los días, sin excepción. Incluso el 25 de diciembre y el 1º de enero, a dos metros de mi ventana.

Justo ahora que cambié mi colchón ortobom pro saúde, supuestamente el mejor, pero que en los cinco años que me acompañó fue ablandándose com una bikini de mala calidad, por uno sonobelo, que de tan bueno, hasta me hace dormir menos.

Ahora, que por primera vez me proponen un viaje como siempre quise hacer, por tierra, con buena música, con un destino, pero sin itinerario fijo, en una kombi alemana, con alguien con quien puedo conversar horas sin que sus comentarios me parezcan aburridos.

No ahora, por favor, que estoy a punto de empezar otra cosa que siempre quise hacer, contar lo que vivo como yo quiera, usando todas las herramientas que fui juntando en el camino. Un blog que inventé hace 9 meses, se llama Me Río de Janeiro y va a ser parte de los blogs de La Nación.

Justo ahora que paré de querer que el mundo de verdad se acabe, para salvarme de mi proprio sufrimiento, que daba por sentado que sería eterno, y del ajeno, y de la idiotez ajena, que está destruyendo el único piso en el que puede vivir, desde el vamos, sin que le falte nada de lo indispensable, ni agua, ni aire, ni sombra, ni alimento.

Que se acabe la idiotez, en todo caso, porque si la imbecilidad humana se acaba, el mundo no. Y yo me quiero ir a viajar en kombi por Sudamérica, así que pilas por favor.