5.5.09
Puñalada
el día se disponía si no difícil, complicado, compromisos que probablemente irían a dejarme tensa, tiempos cortos, y mucho trajín por delante. Pero superé las pruebas de a poco y con calma, si bien no conseguí lo que yo quería, logré salir ilesa de las situaciones, tanto que el día se dio vuelta y después de sacar fotos, perderme una clase de teatro por cinco minutos de retraso, ir a un local de Claro para reclamar un celular gratuito que supuestamente me correspondía pero resultó que no, intentar por última vez ganar el patrocinio del Metro do Rio sin tener el resultado esperado, visitar a una amiga que está internada por una fuerte infección en el estómago, sacar más fotos, intentar conseguir nuevos anunciantes para el mapa, llegar a la playa y saber que el clima humano no era el esperado, y sin embargo revertirlo, conseguir sentirme no sólo a gusto sino que disfrutando como un día de esos especiales, terminando el día con una práctica de altinha, ese juego carioca donde el objetivo entre los participantes es mantener la pelota siempre en lo alto, pasándola con todo el cuerpo menos con las manos, conociendo personas nuevas, artistas, llegar a casa justo para la primera reunión de consorcio de mi vida que me compete y... descubrir apenas estaciono la moto, que las dos bicicletas que me fueron prestadas no estaban más. Sin más. Se afanaron dos bicicletas encadenadas entre ellas de mi propio garage, a un mes de vivir en este edificio. Una caloi y otra que cuesta duzentas prata. Puñalada, un casillero al frente y 6 para atrás. Definitivamente están queriendo que desenvuelva el arquetipo salvaje que debe andar dentro de mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario