29.6.10

O achado


Achado es un término português para decir: hallado, encontrado, hallazgo, acierto, suerte, ganga, coincidiencia. Pues bien, ninguna palabra resume mejor todo eso. "O achado" fue esta fábrica de zapatos sobre la que supe por mi cuñada, que supo por su cuñada y sobre la que ustedes, si hasta ahora no la conocían, lo harán por la ana compradora compulsiva.

Se llama Druck, y el significado del nombre no me fue dado, pero me fue sugerido que lo buscase en un diccionario, la sugerencia fue por parte de Agustín, dueño de la fábrica, sobre quien ya me explayaré. El significado, que acabé de buscar, podría ser estampa, empuje, imprenta, presión... y por el diseño del cuero de estos zuequitos que ya me pertenecen, el nombre es super acertado.

Además de ser el responsable por la existencia de los zapatos que de la fábrica se van derecho a las tiendas más prestigiosas de Buenos Aires, Agustín es filósofo y fotógrafo, y artista del humor, ya lo verán y escucharán.

El precio de estos zuecos? $180, no les digo que es "o achado"!! Hay botas, stilettos, borceguíes, chatitas, etc, etc, etc... Calidad, cuero, diseño, buen gusto, ambiente distendido y atención más que personalizada completan el combo. Hay que ir con efectivo y con decisión, porque el stock se evapora.

Fábrica Druck queda en Vuelta de Obligado 3139. Nuñez. Buenos Aires. Abre los jueves y viernes de 15 a 19hs y los sábados de 9 a 14hs.

27.6.10

Marcos













Este niño se llama Marcos y es mi sobrino. Tiene un año y 3 meses. Ariano hasta la médula. Yo digo que es un niño ecológico, porque no juega con juguetes, no le interesan, no le llaman la más mínima atención. Juega con pisapapas, tapers, cajas. Empezó a caminar con 9 meses y casi come solo. Marcos cortó la sucesión de fotocopias genéticas que somos los Schlimovich, introdujo a la familia el gen italiano, el de la madre, afortunadamente.
Come tanto o más que su hermano Matías, de 5 años, así chiquito como lo ven. Yo creo que toda la energía del alimento se le va a la garganta, porque grita como nunca antes había escuchado a un chico gritar. Durmió los primeros tres meses de su vida, su presencia era imperceptible, hasta que empezó a gritar. Grita y se ríe. Se ríe siempre, sobre todo mientras lo retan, lo retamos, cuando nos enojamos porque se torna insoportable, porque tira todo, porque se sube a todo y se tira de cabeza en una mílesima de descuido. El niño te mira y se ríe. Se anuncia independiente, desbordante de energía, absolutamente físico y seductor. Pura alegría y acción. A mí ya me conquistó.